
El viaje flash a Osorno fue super. Luego de pasar por los momentos tristes, llantos y pésames, siempre se puede hacer un balance positivo.
Lo que más me reconfortó fue la entereza con que la familia enfrentó la muerte de mi tío.
Todos unimos fuerzas para llenar de ánimo a mi tía y a mis primos para enfrentar este duro momento.
La ceremonia que se realizó en honor a mi tío fue muy emotiva, me soprendió la gran cantidad de personas que llegaron al velorio y a los funerales. Habían desde parientes hasta sus compañeros de colegio. Como decía una prima de mi papá, es una lata que toda la familia se tenga que reunir para una ocasión como esta, pero el gesto de haber asisitido da a entender que somos una gran familia, que está más unida que nunca.
Hacer salido me sirvió para despejarme un poco la cabeza, encontrarme con mi familia, con amigos que no veía hace tiempo, y darme cuenta como el progreso estaba llegando a Osorno, de a poco eso sí.
Lo más latero fue que a mi papá se le ocurrió ir en auto, partir como a las 11 de la mañana para estar en osorno como a las una de la madrugada. Esos sí que son viajes. Todo el dia aplastándose el traste en el asiento del auto, para más remate escuchando esos cds que sólo son del agrado del chofer. Hacíamos paradas cada 2 horas, para ir al baño, tomarse un café y mirar el paisaje. Y para el almuerzo y once, comerse un completo en el pronto.
Ya me dio un poco de lata enumerar todas las cosas que vi por allá. Lo haré otro día, ya que tomé unas cuantas fotos.
Lo que sí cuento ahora, es que estuve en Villa Baviera, la cuna de Paul Schaeffer y los niños envueltos, para muestra una foto:
